Estacionalidad
La estacionalidad de los productos agroalimentarios es uno de los principales factores que explican las variaciones en los precios a lo largo del tiempo. Muchos cultivos, como frutas y hortalizas, tienen ciclos definidos de siembra y cosecha, por lo que fuera de esas temporadas la oferta disminuye y, en consecuencia, los precios tienden a incrementarse.
Además, las condiciones climáticas juegan un papel crucial. Temporadas de lluvias, sequías o heladas pueden afectar negativamente la producción. Por ejemplo, una helada puede dañar cultivos sensibles como el jitomate o los chiles, reduciendo su disponibilidad en el mercado y provocando aumentos en su precio.
Asimismo, los precios también pueden verse influenciados por la demanda estacional. Ciertos productos experimentan un aumento en su consumo en fechas específicas del año. Tal es el caso de la uva y la manzana en diciembre durante las celebraciones navideñas, el pescado en Semana Santa o el chile poblano en el mes de septiembre.